La última parcela de una urbanización en las afueras de Madrid, en una ladera junto a un encinar protegido del cauce del Guadarrama, permite ensayar una casa compacta como producto de ensamblar trece volúmenes de diferentes proporciones iluminados por un único hueco repetido. Un sistema constructivo con estructura de acero y cerramiento invertido, eficaz desde el punto de vista energético, terminado en tableros de cemento-madera, dota a la casa de un carácter ambiguo, entre una construcción tectónica y una cabaña, en torno a la cual pivotan las distintas plataformas y jardines exteriores poniendo en relación casa y paisaje.